Un mentón pequeño y en punta es una caracterÃstica facial que se lee como armoniosa estéticamente. La estética de los mentones se logra al reducirlos en ancho y alto, lo que le da a la zona facial inferior una forma más triangular que coincide con la reducción de la mandÃbula.
Los huesos de las mandíbulas femeninas suelen ser mucho más delgados que los de las masculinas, sobre todo en la zona de los íngulos posteriores, debajo de las orejas. Vistas de frente las caras femeninas se ven más angostas que las masculinas en su parte inferior. En general las mandíbulas femeninas tienen la forma de un triángulo cuya punta inferior es el mentón, mientras que las de los hombres son más cuadradas. Por este motivo, cada vez que se hace una reducción del mentón para feminizarlo, en general también resulta necesario afilar *taper* la mandíbula para que adquiera una forma triangular que armonice con el nuevo tamaño del mentón. En la vista de perfil existen algunas características que no son estrictamente propias de un sexo o del otro, pero que sin embargo pueden hacer que una mandíbula sea percibida como más masculina o más femenina: cuando el ángulo posterior está ubicado alto, cerca de la oreja, y el borde de la mandíbula forma una diagonal ascendente desde el mentón hasta dicho ángulo, el conjunto resulta más femenino que cuando el ángulo está ubicado a baja altura y dibuja una mandíbula cuadrada. En cuanto al ángulo en sí mismo, resulta más femenino cuando es redondeado que cuando forma una arista muy definida. Por su parte los músculos de la zona mandíbular tienen sus propias diferencias entre ambos sexos: los músculos maseteros, que están ubicados a ambos lados de la cara y se vinculan con la masticación, suelen estar mucho más desarrollados en los hombres que en las mujeres, lo que agrega aún más volumen a la ya prominente estructura ósea masculina.te, suele tener forma de M en los hombres, debido a las típicas "entradas", mientras que en las mujeres suele dibujar un arco continuo y estar más cerca de las cejas.
Anestesia:
General
Cuando salgas del quirófano tendrás una mentonera elástica o un vendaje de compresión cubriendo la parte inferior de tu cara. Probablemente te será quitado un día más tarde. Si deseas maquillarte podrás hacerlo el día después de la cirugía. Esta es probablemente la más dolorosa de las cirugías faciales. Tu capacidad de masticación resultará seriamente debilitada por varios días. Durante los primeros uno o dos días deberás seguir una dieta líquida y luego pasarás a una dieta blanda. Es muy importante que cuides la higiene de las heridas en tus encías inferiores hasta que cierren: para evitar la proliferación de bacterias dentro de la boca, no ingieras productos lácteos. Tampoco comas vegetales crudos o carne que no esté muy bien cocida. Enjuagar tu boca con un líquido antiséptico te ayudará. Si no te importa ser vista con la cara hinchada, podrás retornar a tus acitividades sociales una semana después de la cirugía. Pero deberás esperar hasta la segunda o tercera semana antes de hacer ningún trabajo pesado o ejercicio físico. Dormir con la cabeza elevada durante los primeros días puede favorecer el proceso de recuperación. Aplicar hielo también te ayudará mucho. Durante el período de recuperación algunas personas pueden padecer depresiones. Esto es normal después de toda cirugía, por mínima que sea. Puedes llegar a pensar, incluso, que cometiste un gran error al haberte operado. No te preocupes. La mayoría de las personas que hoy están felices y muy satisfechas con sus resultados pasaron por esa depresión.
Las incisiones se hacen por lo general dentro de la boca, a través de las encías inferiores, a lo largo de la mandíbula. Las cicatrices resultan, por lo tanto, invisibles.
En manos de un cirujano calificado, es poco probable que una feminización de mandíbula presente complicaciones. Sin embargo todo procedimiento quirúrgico, por mínimo que sea, presenta riesgos, y debemos pensar en ellos como una posibilidad.